El bilingüismo; no
sólo mejora la atención, sino que sirve de entrenamiento mental y ayuda a
ejercitar la memoria de los pequeños. “Durante los cuatro primeros años de vida
es cuando se generan más conexiones neuronales. Este periodo, en el que se
forma el cerebro del niño, es perfecto para alimentarlo con información y con
estímulos lingüísticos”, explica el doctor Manuel Pedrosa, neurocirujano del
Hospital de la Princesa, de Madrid.
Sin embargo, seguimos viviendo
en un país que da la espalda a los idiomas. Según un reciente informe del
Estudio Europeo de Competencia Lingüística, realizado a casi 8.000 niños
españoles, el 63% no comprenden el inglés al finalizar la ESO. De ahí que una
buena opción para que a tu hijo no le afecte esta deficiencia educacional es
que le apuntes a algún centro de idiomas, mejor si es de los que enseñan a los
pequeños a familiarizarse con su nueva lengua desde muy pequeñitos, casi desde
la cuna.